“Leer y escribir son construcciones sociales. Cada época
y cada circunstancia histórica dan nuevos sentidos a esos versos”
-
Emilia
Ferreiro 2001
Juana nace en Melo en 1892 y muere en Montevideo en
1979.
Su mamá
Valentina Morales, criolla, figura clave en la vida de nuestra poetisa, su
padre Vicente Fernández tenía dos hogares, ya que tuvo 2 hijos con otra persona
y esto llevo a un gran escándalo finalizando en la separación de sus padres.
Ella no realizó estudios de nivel secundario,
solamente la primaria en una escuela de monjas, terminando sus estudios en una
escuela pública. Esto se debe la época, en la cual las mujeres no realizaban
estudios secundarios, ellas no tenían el papel en la sociedad que conocemos hoy
en día, pero el hecho de no haber continuado con sus estudios no fue un
obstáculo para su crecimiento personal y profesional como podremos apreciarlo.
Ya desde su adolescencia era hermosa, inteligente y
con una sensibilidad extraordinaria.
En su carrera de escritora se dedica a la poesía y la
narración, pero no es posible ubicarla en una corriente literaria determinada, sobre
todo en sus primeros libros, se nota una actitud de acercamiento a la realidad,
lo cual no se da solo en ella, sino que en su época, ocurre esto en toda la
literatura hispanoamericana.
Con respecto a su apellido utiliza el de su marido
Lucas Ibarbourou, capitán del ejército Uruguayo.
Inmediatamente después de la publicación de su primer
libro “Lenguas de Diamantes” siguieron otros títulos, lo cual la llevo a un
rápido éxito. Esto cambio la vida en la casa de Juana, siendo su madre quien se
encargaba de las tareas del hogar y de su hijo, mientras ella se encargaba
solamente de cuidar su apariencia, su belleza; dormía durante el día y escribía
por las noches. Por este motivo ella y su hijo Julio Cesar estaban cada vez más
distantes, siendo su abuela quien lo levantaba en la escuela y lo ayudaba con
sus deberes.
Se vinculaba con figuras destacadas, lo cual era
motivo de habladurías, aparecían historias de romances inexistentes, esto no
solo llegaba a Juana sino también a su esposo.
Lucas le reclamaba constantemente sobre los
comentarios de las personas, mientras su hijo presenciaba estas discusiones, su
marido llego a golpearla, lo que causo un derrumbe en su relación aunque nunca
se separaron ya que esto no era aceptado socialmente.
Juana integra la generación de de 1920, cabe destacar
que los escritores uruguayos comprendidos en dicha generación tenían como
rasgos comunes un fuerte individualismo y una actitud de búsqueda de nuevas
formulas expresivas.
Entre los escritores de esta generación podemos
afirmar que la figura que más se destacó fue la de Juana de Ibarbourou, comparándola
con otras poetisas de las primeras décadas del siglo XX como Delmira Agustini,
es la de más extensa obra y la más reconocida internacionalmente, púes recibió
numerosos premios y distinciones.
En el año 1929 fue proclamada en el Palacio
Legislativo Juana de América, para ello se realizó un acto público al que
asistieron personalidades de varios países.
Más adelante en el año 1953 recibió en EE.UU. el
titulo de “Mujer de las Américas”. La vida de esta poetisa fue larga y la
sociedad de su época la convirtió en un mito olvidándola como ser humano.
Pasó sus últimos años en la casona de la avenida 8 de
Octubre, en un enclaustramiento voluntario.
El enlace de circunstancias que impulsaron a Juana de
Ibarbourou desde su primer libro, para coronarla diez años después como Juana
de América, las cuales la llevaron a una carrera de premios y condecoraciones,
son de diversa índole.
En el plano internacional la confusión por el fin de
la primera guerra mundial abría un espacio para la celebración de la vida; en
el literario, las últimas agonías del modernismo, reclamaban nuevas voces que
aún no habían consolidado las vanguardias, por lo menos en Latinoamérica; por
otro lado, muerta Delmira Agustini, silenciada, Maria Eugenia Vaz Ferreira, el
panorama de la lírica femenina uruguaya estaba desierto, y en el plano personal
la deslumbrante belleza de Juana fascinaba a las personas.
La poesía de Juana es fundamentalmente sensorial,
abierta hasta la exaltación de la vida, y aún a lo insignificante y cotidiano
de ella. Pero podemos encontrar también la nostalgia, la soledad y la
angustiante presencia del tiempo que nos conduce a la muerte, estos son temas
que aparecen en las obras de la poetisa, los cuales predominan fundamentalmente
en el final de su larga trayectoria creativa.
En la etapa de su madurez, su poesía se vuelve más
reflexiva y filosófica, con una mayor limpieza de imágenes y afinamiento de sus
recursos expresivos, pero con igual sensibilidad absorbiendo lo real y la misma
seducción por la belleza sensible del mundo.
El goce de existir fue el gran impulso que generó sus
poemas de juventud, los cuales están poderosamente animados por imágenes
vegetales y animales.
Era consciente de su propia belleza lo cual la hizo
cantar en búsqueda del amor, el cual era por momentos casto, por momentos
erótico. En esta última variante llega a proclamar su triunfante desnudez.
Es capaz de cantar lo cotidiano a través de sus letras
sin caer en la vulgaridad, con gran elegancia distante de todo alambicamiento.
Juana vivió como todos los artistas de la generación
del 20 los impactos del fin de la primera Guerra Mundial, la revolución Rusa y
el movimiento de reforma universitaria de Córdoba.
También en el interior de nuestro país, la
promulgación de la constitución (1917) que establecía el Ejecutivo colegiado,
la muerte y repatriación de los restos de Rodó, constituyen las grandes causas
de cierto consenso básico. Era parte de un Uruguay con una sociedad en la que
se vislumbraban las primeras tensiones violentas pero todavía controlables de
la urbanización y el proceso industrial, con un mundo rural que, ahí no más,
las bordeaba también en trance de cambios pero con las marcas vivas de un
pasado de pasiones desmedidas y heroicas proezas.
También, y gracias a las reformas de Batlle y Ordóñez,
la existencia de una clase media cada vez más fuerte comienza a ser uno de los
rasgos característicos de nuestro país.
LA HORA
Tómame ahora que aún es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.
Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida aprisa.
Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso más tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.
¡Tómame ahora que aún es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?
y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.
Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida aprisa.
Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso más tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.
¡Tómame ahora que aún es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?
de “Las lenguas de Diamente”
Cuando leemos el poema “La hora” debemos tener
presente que leer y escribir no son solo tareas lingüísticas o procesos psicológicos, sino también
prácticas socioculturales. Para leer debemos decodificar la prosa y recuperar
lo implícito, pero sobre todo tener presente el significado que cada comunidad
otorga a una palabra, el significado del texto nace de la cultura que comparten
el autor y el lector.
Leer es comprender, y para esto debemos realizar
varias destrezas mentales o procesos cognitivos, aportar nuestros conocimientos
previos, realizar hipótesis, realizar inferencias para descifrar lo que solo se
sugiere, y así construir un significado.
También implica procesos más complejos que estos, ya
que todos leemos de manera diferente, cuando leemos un poema como en este caso,
lo releemos, lo organizamos, buscamos interpretaciones libres y creativas.
Debemos tener en cuenta el componente sociocultural,
las formas particulares que adopta la lectura en cada contexto, ya que la
lectura y la escritura son construcciones sociales, actividades socialmente
definidas.
Cassany nos plantea que leer es un verbo transitivo,
no existiendo en la lectura una actividad neutra o abstracta, sino que hay
múltiples, versátiles y dinámicas maneras de acercarse a comprender cada género discursivo, debemos adquirir los
conocimientos socioculturales particulares de cada discurso.
Tener en cuenta que el discurso no surge de la nada,
siempre hay alguien detrás del texto. En este caso, el poema de Juana refleja
sus puntos de vista, su visión del mundo, su identidad y su historia, siendo su
propósito irrepetible.
Otro punto importante que debemos tener en cuenta a la
hora de analizar los textos leídos es la ideología, ya que los discursos no son
transparentes , la intención de cada
discurso es un arma muy sutil, versátil y poderosa, que puede convencer,
seducir, enamorar, irritar o manipular.
Analizaremos el poema “La hora” teniendo en cuenta las
veintidós técnicas que nos sugiere Daniel Cassany, las cuales plantean una
estrategia de lectura crítica, agrupándose en tres grandes ejes a seguir:
-
Analizar el mundo del autor.
-
Analizar el género discursivo.
-
Analizar las interpretaciones.
Si pensamos ¿Qué se propone el autor?, podemos decir
que la poeta se propone romper con todos los esquemas sociales de la época,
siendo ella quien reclama al amante, es la mujer hablando de belleza,
sexualidad, deseo, quien se expresa en este poema. Ella realiza una revolución
en la sociedad de su época, siendo fuertemente criticada ya que en sus líneas
muchos veían deshonra.
Aquí el yo lirico ruega al amante ser tomada, creía en
el amor de verdad, donde la naturaleza era cómplice de la unión amorosa tan perfecta
y sensual siendo consciente que vive en una época donde la sociedad juzga y
desprecia el placer para la mujer, donde a esta no se le permite disfrutar del
momento intimo, donde este planteo es subversivo.
Ella sabe que no hay que dejar pasar el tiempo, ya que
cada momento en nuestras vidas es único y la juventud pasa deprisa, esto se
nota claramente cuando marca el poema con anáforas “ahora”, “hoy”, afirmando
que el momento es propicio y lo que vendrá después será la muerte.
A la autora no le importa lo que los otros digan, y
así perder su honradez, ella no quiere llegar a vieja sin haber vivido ese amor
intenso de la juventud.
Podemos apreciar de manera implícita el miedo a la
muerte y a perder la belleza, así el yo lirico realiza un arduo ruego hacia el
amante antes de que ya no sea tiempo. Toda la belleza y frescura de la juventud
Juana la compara con el reino vegetal.
Podemos apreciar, como ya se ha mencionado antes, una
etapa en la que la mujer no tenía tantos
derechos como ahora, pero este poema fue escrito en la juventud de Juana, fue
unos de sus primeros versos, en el cual, ella, aún no había pasado por los
tormentosos momentos de su vida.
Por eso hace referencia a la libertad en su quinta
estrofa, esa libertad que se vive solamente en la juventud en cuanto a lo
social y lo cultural. Por ese motivo ella quiere ser amada en su juventud, y
siente lamento por el futuro de su vejez.
En la sexta estrofa haciendo referencia a lo antes
dicho, utiliza puntos suspensivos porque si bien sabe que ya no tendrá su
juventud y belleza, desconoce que es lo que tendrá en ese futuro.
A través de todo el poema podemos ver la urgencia del
yo lirico femenino por vivir el amor, el encuentro pleno con el amado. Sin
embargo, no va en su búsqueda, solamente espera ser tomada como una flor.
Teniendo en cuenta un tipo de relación amorosa así,
podemos ver una sociedad machista en la cual el papel de la mujer es el de ser
tomada, sin poder actuar de manera libre para no recibir juicios de valor de
los demás.
Ella en el momento de escribir este poema se siente
identificada con lo bello, lo natural y lo joven, pero dicha belleza está
dispuesta a entregársela únicamente a su amado.
Esta apurada y eso lo demuestra al ahorrar palabras
con las elipsis que se dan en las primeras estrofas, esta apurada y siente que
el tiempo se le va.
Analizándolo desde el género discursivo como nos
plantea Cassany podemos percibir un poema con una estructura sencilla, en
estrofas de dos versos, que el verbo inicial esta conjugado en tiempo presente,
donde la actitud del hablante realiza una acción del otro sobre él cuando dice
“tómame”. Al utilizar el verbo en ese tiempo supone una acción inmediata de la
otra persona.
Analizando la jerarquía informativa con respecto a la
reiteración de la frase “tómame ahora”, la poeta logra potenciar esa expresión,
la cual se va cargando de nuevos significados en el desarrollo del poema, de
manera que, en el final, el sentido de dicha frase se ha enriquecido, puesto
que ya no es el mismo que en su primera aparición.
Esta
expresión se da tres veces de forma explícita, pero en el resto de las
estrofas, si bien no aparece el verbo, queda sobreentendido con la presencia
del adverbio “ahora”. Aquí se da una elipsis verbal, al omitirse un término
sobreentendido.
Se presenta una figura literaria llamada anáfora, la
cual consiste en la repetición que podemos observar al principio, así la poeta
hace énfasis en ello.
Podemos observar que hay una variación de ritmo en las
5 estrofas iniciales con respecto a las 5 estrofas finales, volviéndose así el
poema más lento. Juana ajusta este
cambio de ritmo para provocar tristeza en el lector.
En las dos últimas estrofas, por medio de un juego de
oposiciones se condensa el mensaje que el yo dirige al amado.
Siguiendo el tercer gran eje planteado por Cassany,
debemos tener en cuenta las interpretaciones, principalmente nuestra
interpretación. Partiendo de que el poema esta escrito en versos, podemos decir
que estos son torrenciales, impetuosos, apasionantes y sobre todo muy
cautivadores.
Contiene un ritmo ágil, compenetrándonos en el ruego,
la desesperación, la angustia, y con esto la importancia del pedido.
Podemos percibir también su peculiar manera de
apropiación del mundo y la naturaleza por medio de los sentidos. Se expresa con
un lenguaje sencillo y transparente, lleno de una gran sensualidad.
Un poema de amor o de desamor, el cual es tomado por
el lector, y así tendrá un significado especial, según las vivencias de cada
uno.
Conclusión:
A lo largo del trabajo podemos ir comprendiendo que
nada de lo que la historia muchas veces relata se asemeja a una realidad que
convoca al ser explicito bajo la fachada de una generación de poetas, no con
demasiado vinculo, ni muchas veces, hace palpable el verdadero sentir de
nuestros poetas.
Juana ha sido una eminencia en lo que ha hecho, una
protestante en lo que se refiere al lazo conyugal y que ha dejado entrever que
su vida no es solo aquella que se traza en líneas de felicidad y de poeta
reconocida; le ha tocado en suerte sentir el desprecio el abandono de quienes
sustentaban su familia, de quienes eran su familia.
Vemos como el gobierno al igual que su propio amor, si
de alguna manera se puede llamar así, no hicieron más que dar letra a extensas
obras de carácter frío, arrepentido, fugaz y de alguna manera ruido en un
silencio meramente impuesto.
Bibliografía:
“Antología
poética” Ediciones del Sur Córdoba 2003
Material
de apoyo para literatura tercer año, ciclo básico.
BUATAMENTE
HERNÁNDEZ, Ana Lucia “Tesis” 2009
CASSANY,
Daniel “Tras las líneas” 2006